Cuando acudí a Teresa tras una denuncia por violencia de género, temblaba más que en un terremoto. Ella no me regaló un cuento: me dio hechos, soluciones y un plan claro. En cada paso me hizo sentir segura. Hoy, mi familia respira y yo vuelvo a respirar. Sin ella, no sé si estaría donde estoy.

andy sanchez

Divorciarme fue el peor momento de mi vida: confusión, culpa, noches sin paz. Teresa entendió todo eso. Me acompañó sin juzgar, peleó con mesura, y dejó claro lo que era justo. El proceso fue sereno, rápido y, sobre todo, humano. Gracias a ella, ahora mi paz vale más que cualquier ganancia.

cristina calvo

Tenía una multa injusta y un problema laboral que me tenía al borde de tirar la toalla. Teresa no hizo magia: aplicó su experiencia, desenmarañó el papeleo y defendió mi situación como si fuera la suya. Resultado: multa reducida, contrato revisado y mi dignidad intacta.

miguel ruiz